Cuando los piñeros salen a dar declaraciones en la prensa nacional por lo general dicen cuanta cosa se les ocurre sin sustento científico alguno. Lo hacen para cubrir el escandaloso resultado de un desastre ambiental, social y productivo sin precedentes en el país como es la producción piñera. Dichosamente todos los días existe más evidencia científica de rigor para demostrar que este proyecto del agronegocio piñero es inviable para la sociedad costarricense.
Después de la multitudinaria y plurisectorial marcha del pasado 15 de marzo, queda claro una cosa: gran parte de la población no está de acuerdo con la expansión de un agronegocio contaminante y destructor como el piñero. Según datos de Naciones Unidas esta actividad ha eliminado cobertura forestal equivalente a 5566 hectáreas (PNUD, 2017) -área superior al Parque Nacional Carara- producto del crecimiento de un 500% en término de diez años, llegado a ocupar 56.400 hectáreas.
Pero Abel Chaves, presidente de la Cámara Nacional de Productores de Piña (CANAPEP), insiste en decirle a la población costarricense que la expansión piñera no existe. Dice además que no existen estudios sobre la contaminación y que no es verdad lo que señalamos las organizaciones ecologistas, las universidades y las Naciones Unidas.
Para demostrar que no nos hemos inventado nada, en el Frente de Sectores Afectados por la Expansión Piñera (FRENASAPP) y la Federación Ecologista nos pusimos a revisar los expedientes de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (SETENA) de 2015, 2016 y 2017. Una simple búsqueda en los archivos de los últimos tres años de los permisos ambientales para estos proyectos emitidos, demostramos fácilmente cómo el sector piñero crece agresivamente:
- En los archivos de SETENA aparece para 2015 veintitrés expedientes aprobados de solicitud de siembras de piña que juntos suman 3.406 hectáreas nuevas del cultivo.
- Para el 2016 este mismo organismo aprobó veintinueve Estudios de Impacto Ambiental (EIA) para un área toral de 2.845 hectáreas
- De lo que va del año 2017 (de enero a marzo) se reportan solo dos solicitudes que ambas suman poco más de 7 hectáreas.
Hablamos de una tasa de crecimiento de entre un 5 a 6% anual y que de seguir la tendencia se duplicaría al cabo de 14 años el área actual.
Además el Centro Nacional de Alta Tecnología demostró lo mismo con imágenes de la Agencia Espacial Norteamericana (La NASA por sus siglas en ingles) analizadas con geointerpretación y que está a disposición de toda la orbe en el sitio www.snit.go.cr. El CENAT logró cuantificar la cantidad de hectáreas de piña comparando fotos satelitales d 2000 y 2015 concluyendo que habían 58.442 hectárea.[1]. Cuestión que desmiente a CANAPEP ya que vienen asegurando que en país hay sólo 40.000.
Es decir la primera falacia de los señores piñeros de la CANAPEP se cae fácilmente con el estudio de los permisos otorgados por SETENA. Pero hay que recordar que es muy común encontrar piñeras sin ningún tipo de derecho a funcionar, tal y como lo demostró un grupo de campesinos y campesinas de la zona norte que – con ayuda de la Universidad de Costa Rica- mapearon las piñeras de Upala, Guatuso y Los Chiles encontrando empresas funcionamiento al margen de la ley y que para SETENA no existen por su inexistencia de EIA.[2]
Otra gran mentira a la que recurre los referentes CANAPEP es decir con todas las letras: “no existe evidencia de la relación entre los agroquímicos usados en la producción piñera y la contaminación del agua”. Pero todo aquel que pueda leer (cosa que no podemos afirmar del sector piñero) puede encontrar estudios de IRET que desde el 2004 detecta que la piña usa 8 veces más volumen de ingrediente activo de agrotóxico que el del maíz lo que ponen en evidencia el peligro que representa este tipo de actividades intensivas para la contaminación con agrotóxicos.
Uno de los casos más preocupantes presentados por casos de contaminación de agua se dio en comunidades como El Cairo, Milano, Luisiana y La Francia del cantón de Siquirres, comunidades que son abastecidas por tres ASADAS encargadas del servicio de agua a 1.751 abonados, de fuentes provenientes de las cuencas de los ríos Peje y Destierro, afluentes del río Parismina. El Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas (IRET) de la Universidad Nacional (UNA) desde el año 2003 se documentó la contaminación de las fuentes de agua para consumo humano con residuos de plaguicidas por el uso de bromacil y diurón y el fungicida triadimedón. [3]
Entonces si existen estudios que demuestran la relación entre la expansión piñera y la contaminación del agua. Pone una cuestión sobre la mesa -tomando en cuenta de que Costa Rica tiene un 96,7% de alfabetismo y la insistencia de los empresarios en decir que no hay contaminación de aguas. Puede que tengamos dos situaciones: a) que los piñeros estén entre ese cinco 3,2% de la población que necesite ayuda para aprender a leer o b) se niegan a conocer la evidencia científica.
Frente de Sectores Afectados por la Expansión Piñera
frenasappcr@gmail.com
Bibliografía
1. MOCUPP. Monitoreo de Cambio del Paisaje Productivo, 2016 PNUD.
2.Estado de la Nación, 2014. Universidad de Costa Rica.
3. Valverde, K. 2016. La expansión por omisión: Territorios piñeros en los cantones Los Chiles, Upala y Guatuso, Costa Rica (2004-2015)
Foto: Fabiola Pomareda