Estos animales que ayudan en el control de plagas, la polinización de las flores y la dispersión de semillas, están siendo amenazados.
Xinia González Sandí (*)
A pesar de que la mayor parte de las y los costarricenses reconocemos y sentimos orgullo de vivir en un país que alberga el 5% de toda la biodiversidad del planeta, muchas personas desconocen cómo esta riqueza natural está ligada a actividades de nuestra vida cotidiana. ¿Al saborear un delicioso chocolate se ha preguntado gracias a quién puede comérselo? Tal vez la respuesta le sorprenda: Gracias a los murciélagos.
Contrario a lo que muchas personas piensan, los murciélagos no son ratones con alas, no todos chupan sangre, no se enredan en el cabello, no son ciegos ni atraen la mala suerte. Todos estos mitos están basados en el desconocimiento y en temores creados por películas como Drácula y otras series televisivas, que popularizaron el vampirismo.
En realidad ¿qué es un murciélago? Es un mamífero, su cuerpo está cubierto de pelos y tienen glándulas que producen leche con las que alimentan a sus crías. Sus extremidades superiores están modificadas con alas que tienen cinco dedos con falanges alargadas y una membrana de piel flexible y elástica entre estos dedos, lo cual les permite volar. Son el único mamífero que vuela. Se clasifican dentro del Orden Chiroptera, que significa Chirop: mano; y tera: ala. Filogenéticamente, los murciélagos están más emparentados con los primates que con los roedores, por lo que no son ratones con alas.
La mayoría de murciélagos tiene un sistema de orientación nocturna muy sofisticado, llamado ecolocalización, que consiste en emitir sonidos ultrasónicos por la boca, imperceptibles para el ser humano. Los ecos que regresan hacia los oídos y el cerebro del murciélago les dan información suficiente del entorno; por ejemplo, sobre la ubicación de la presa o la detección de obstáculos más adelante, todo en milésimas de segundo.
Es medular aclarar que la gran mayoría de murciélagos, no chupan sangre. Lo común de los murciélagos, más bien, es que tienen otros hábitos alimenticios. Algunos comen polen y néctar de flores; otros se alimentan de insectos; unos comen frutos maduros de árboles y arbustos; y algunos se alimentan de pequeños vertebrados, como aves, lagartijas y ranas.
En datos más específicos, para que quede ninguna duda, de las más de 1.100 especies de murciélagos que existen en el mundo, 1.097 especies (99,73%) son omnívoras (porque comen plantas y carnes de especies pequeñas); y sólo tres (0,27%) se alimentan de sangre.
De las 1.100 especies de murciélagos que existen en el mundo, sólo tres se alimentan de sangre y habitan las zonas neotropicales. De las tres especies de vampiros, dos se alimentan de sangre de aves, como gallinas de monte, chachalacas, tinamús, gallinas domésticas y otras aves de corral. La tercera especie, conocida como vampiro común, sólo consume sangre de mamíferos, como chanchos de monte, saínos, venados, dantas, ganado vacuno y caballos.
Entonces, volvamos al gran aporte de los murciélagos en general. Son eficientes controladores de plagas, ya que el grupo más grande de murciélagos come insectos. Cuando se rompen los equilibrios ecológicos, usualmente se considera que los insectos provocan plagas en la agricultura o transmiten enfermedades como el dengue. Para controlar estas plagas o enfermedades, se estima que cada murciélago insectívoro puede consumir en promedio 600 mosquitos en una sola noche. Por ejemplo, en Texas, Estados Unidos, una colonia de 25 millones de murciélagos insectívoros consume 200 toneladas de mosquitos en una sola noche.
Los murciélagos que comen frutas son excelentes dispersores de semillas, ya que dispersan regularmente frutos de plantas pioneras, como el guarumo, el anisillo y el tomatillo silvestre, que crecen en los bordes del bosque. Este flujo de semillas y el avance de la sucesión (1) , indica el importante papel ecológico de los murciélagos como dispersores en áreas deforestadas. En estas áreas intervenidas por los seres humanos, los murciélagos suelen dispersar mayor cantidad de semillas que las aves, los primates y otros mamíferos.
Los frutos que consumen los murciélagos tienen variadas adaptaciones morfológicas para atraerlos; es decir, las plantas cambian su forma para que los murciélagos las puedan encontrar para comérselas. Éstas se caracterizan por tener colores poco llamativos, como verde o café, y olores fuertes. Por su parte, se reconoce que los murciélagos utilizan el olfato y la ecolocación para detectar los frutos maduros.
Se estima que alrededor de 500 especies de plantas requieren de los murciélagos para polinizar sus flores, entre ellas el mango, el cacao -que es la principal materia prima para la elaboración del chocolate-, el banano, la guayaba, el durián, el agave -de donde se extrae el tequila-, el pochote, el jocote y la jícara. Muchas de estas plantas desarrollan flores grandes, carnosas, de colores pálidos, con olores fuertes, con abundante néctar y que sólo se abren de noche. La polinización efectuada por murciélagos se llama quiropterofilia.
Hoy en día, estos animales que nos aportan tantísimo en el control de plagas, la polinización de las flores y la dispersión de semillas que regenera los bosques, están sufriendo graves amenazas. Estas se dan por el uso excesivo de agroquímicos en áreas de cultivo; el vandalismo en sus cuevas y túneles, incluso utilizando dinamita; o simplemente por la gente que los mata a pedradas o quema los troncos huecos, donde se refugian colonias enteras de diferentes especies de murciélagos.
Tenemos que concientizar a nuestras familias, comunidades y a la sociedad civil en general, sobre los beneficios que nos dan estos animales y traer abajo los mitos de que son perjudiciales. Tal vez ahora cuando se coma un banano, un chocolate o se tome un tequila, podrá decir: ¡Gracias murciélagos!
Notas
(1) Sucesión significa sustitución. Por ejemplo, los murciélagos dispersan semillas de plantas que forman parte de las etapas iniciales de la regeneración de un bosque. A lo largo del tiempo, esas especies de plantas serán sustituidas por otras plantas con diferen- tes características. La sucesión ecológica es un proceso natural de sustitución de especies durante el tiempo, lo que permite convertir un área deforestada en bosque nuevamente.
(*) Bióloga. Correo electrónico: xiniagonzalez@gmail.com