Eduardo Agüero y Gina Borrero (*)
El cultivo de ajo (Allium sativum) es una actividad casi extinta en Costa Rica, debido principalmente al ingreso del ajo chino al país y a las enfermedades, plagas y virus que se presentan en la producción convencional de este cultivo. A pesar de que la demanda mensual de ajo por parte de los costarricenses es de 200,000 kg y los precios son muy atractivos, son pocos los agricultores que lo producen. Como lo evidenció un estudio realizado por la Escuela de Biolo- gía del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC), en la zona de Llano Grande de Cartago sólo hay cinco agricultores que trabajan con semilla heredada de hace más de 50 años (Fratti 2016). Esta situación ha resultado en la pérdida de semilla de calidad del ajo criollo en Costa Rica. Por esta razón, desde hace varios años se realizan pruebas de siembra de semilla criolla de ajo con técnicas de producción orgánica en el Centro Nacional Especializado en Agricultora Orgánica (CNEAO). En un ensayo reciente, realizado entre noviembre del 2017 y marzo del 2018, se evaluó el rendimiento de producción de semilla de dos calidades de ajo orgánico (primera y segunda) producidas en el CNEAO, A partir de esto se sistema- tizó información del cultivo, siembra, manejo y cosecha, que se presenta en la siguiente ficha.
1. Selección de la semilla
Se selecciona la semilla, según su tamaño, peso y apariencia. Según Zúñiga y Brenes (2013), la semilla de ajo se puede categorizar en:
Primera: 6,35 cm. de diámetro y 53 g. de peso, aproximadamente. Segunda: 5 cm. de diámetro y 30 g. de peso, aproximadamente. Se recomienda sembrar los dientes de la corona o del exterior de la cabeza de ajo. Únicamente seleccionando dientes grandes, bien formados, sanos, firmes y enteros.
2. Preparación de la semilla
El ajo se caracteriza por tener un periodo de dormancia (periodo fisiológico, en el que el ajo aún no brota; pero se mantiene vivo). Para cortar la dormancia de la semilla se recomienda:
a. Desgranar la cabeza y seleccionar los dientes de primera.
b. Extender los dientes en un contenedor o cajón, con tierra, fibra de coco, carbón de granza o turba (“peat most”). También se puede inocular con Trichoderma, y humedecer el sustrato con enraizadores (agua de pipa, purín de lombriz, agua de lentejas o extracto de kalanchoe, entre otros enraizadores naturales).
c. Es muy importante colocar los dientes con el punto apical hacia arriba.
d. Colocar los cajones en un lugar oscuro, con buena aireación y prote- gidos de humedad, hasta que emerjan los brotes.
3. Preparación del terreno
Se recomienda sembrar ajo en suelos con buen drenaje y aireación, y realizar una labranza profunda para evitar enfermedades fungosas o bacterianas en el cultivo. No olvidar incorporar materia orgánica, harinas de roca e inocular con microrganismos benéficos. Además implemen- tar prácticas agro-conservacionistas del suelo, como el uso del codal osiembra en contorno. Se recomienda sembrar sobre camas o eras de cultivo.
4. Siembra de la semilla
La distancia de siembra del cultivo es de 10 cm. entre dientes y de 25 cm. entre filas, requiriendo 40 dientes por metro cuadrado. Al momento de la siembra se recomienda inocular el suelo con microorganismos benéficos (MM, Trichoderma, entre otros). Incorporar abono orgánico de calidad al suelo, como el lombricompost, bocashi, compost, harinas de roca, diatomeas, fosfitos y carbonato de calcio, como fuente de minerales. Sembrar en luna menguante, de ser posible.
5. Cobertura del suelo
En las primeras semanas del cultivo es vital el control de arvenses. Para ayudar en esta práctica se recomienda agregar cobertura al suelo y acompañar con la inoculación de microorganismos de montaña (MM). Se recomienda realizar esta práctica al mes de la siembra, una vez el ajo supera los 15 cm. de altura y posterior a una deshierba manual, en caso de ser necesario.
6. Control de enfermedades
El cultivo de ajo es tolerante a ciertas plagas; pero los trips, ácaros, afidios y nemátodos son los principales enemigos. En los ensayos
de producción orgánica realizados en el CNEAO no se han presentado estas plagas, gracias al manejo preventivo que se realiza, el
cual incluye:
• Rotación de cultivos, establecimiento de barreras vivas (plantas repelentes, atrayentes y trampas).
• Aplicación de extractos repelentes, bactericidas, fungicidas e insecticidas.
• Aplicación de caldos minerales (caldo sulfocalcico, caldo bordelés, protectozinc, entre otros).
• Aplicación de control biológico de forma preventiva, con microrganismos, tales como Beauveria, Metarhizium, Trichoderma, Paecilomyces, entre otros.
7. Fertilización
El cultivo del ajo es exigente en nitrógeno (N) y potasio (k). Además, son importantes el calcio (Ca), azufre (S), fósforo (P) y magnesio (mg). No dejar de lado los micronutrientes como el hierro (Fe), manganeso (Mn) y zinc (Zn), así como boro (B) y cobre (Cu) (Brenes y Zúñiga 2013). Todos estos requerimientos se pueden suplir por medio de biofermentos especializados en cada uno de los elementos o con una receta general que incluya todos estos elementos. Alternar la aplicación de biofermentos con caldos minerales como el protecto Zinc (S, Zn y Ca); Caldo bordelés (Cu y Ca), Caldo Visosa (S, Zn, Cu, Bo, Mn, Mg), entre otros.
Estos elementos se pueden suplir en otros preparados, como los fosfitos o harinas de rocas (Recomendamos consultar la 2da edición de La Agroecóloga, Febrero 2018). En un ensayo realizado en el CNEAO, se aplicó una mezcla de fosfitos (20%) y lombricompost (80%) a la base de cada planta, para favorecer la formación de la cabeza y su engrosamiento. Se protegió con una cobertura y se inoculó con lactobacilos la base de la planta, obteniendo resultados significativos en la producción y en la calidad de la cosecha. Este aporte nutricional extra se realizó en la última etapa de desarrollo del cultivo (un mes antes de la cosecha).
8. Cosecha y rendimiento
En el CNEAO el ajo alcanza su punto de cosecha a los 4 meses. Se recomienda cosechar en luna menguante y en un día soleado. El rendimiento obtenido en el CNEAO ha sido de 13,3 Ton/Ha (Peso fresco), provenientes de semilla de primera. Con respecto a la semilla de segunda, el rendimiento obtenido fue de 7,8 Ton/ Ha (peso fresco). Sin embargo, después del secado el ajo pierde un 40% de su peso, obteniendo un rendimiento de entre 4,7 y 8 Ton/Ha, depen- dendiendo del manejo y calidad de la semilla. De manera general, un kilo de semilla de primera produce 46 kg. de ajo fresco y un kilo de semilla de segunda produce 29 kg. de ajo fresco.
9. Almacenamiento de la semilla
La semilla se puede secar al sol en la parcela un día soleado o adentro de una carpa de secado, para después limpiarle el exce- dente de tierra seca, para su posterior trenzado. Almacenarlo en un lugar ventilado, protegido de humedad, luz directa y de animales
(*) Instructores, Centro Nacional Especializado en Agricultura Orgánica (CNEAO), Costa Rica.
Fuentes:
Fratti, R. 2016. Pequeños productores costarricenses intentan preservar el ajo criollo. Revista Productor agropecuario. En línea. https://revistaproagro.com/ pequenos-productores-costarricenses-intentan-preservar-ajo-criollo/.
Zúñiga C; Chacón R. 2013 .Cultivo del ajo en Costa Rica. Editorial EUNED, San José Costa Rica. 100 p.